UDV: Revelación y Principios

| 7 de abril de 2022

Foto: Bento Viana.

El Blog de la UDV enumera los 13 Principios Originales del Centro Espírita Beneficente União do Vegetal. Este documento fue elaborado a partir de la labor del Grupo de Trabajo para la Reforma Administrativa del Centro, que contó con el apoyo indispensable del Consejo de la Recordación de las Enseñanzas del Mestre Gabriel. Los Principios fueron divulgados a los miembros de la UDV en 2020, a través de una edición especial del ALTO FALANTE, el vehículo de comunicación interna del Centro.

La religión llega a la humanidad de dos maneras: por Revelación Divina o por la acción del ingenio humano. La Revelación, que siempre es divina, añade a la humanidad conocimientos que de otro modo estarían fuera de su alcance. Y este conocimiento tiene un valor inestimable, ya que permite elevar el grado de conciencia colectiva y el propio sentido de la existencia. La União do Vegetal (UDV), creada por el Mestre Gabriel, pertenece a la categoría de Religión Revelada.

Él es el guía que, absorbiendo fundamentos de las revelaciones anteriores -el judaísmo y el cristianismo-, añadió aclaraciones y reforzó los principios. Un ejemplo de ello son los que aparecen en el documento Convicción del Mestre, leído en las Sesiones de Escala de la UDV.

Por su densidad y amplitud, resumen la esencia moral y espiritual de esta Doctrina, ampliando los principios de la Revelación judeocristiana, expresados en los Diez Mandamientos y el Sermón de las Bienaventuranzas (el Sermón de la Montaña):

  1. Podemos ser censurados por todos, pero no podemos censurar a nadie;
  2. podemos tener enemigos, pero no podemos ser enemigos de nadie;
  3. podemos ser ofendidos por todos, pero no podemos ofender a nadie;
  4. podemos hasta ser juzgados por todos, pero no podemos juzgar a nadie;
  5. todos pueden revolverse contra nosotros, pero nosotros no podemos revolvernos ni dejarnos revolver por nadie.

En la conclusión, un mensaje del Mestre: “Recuerden: el Símbolo de la Unión es Luz, Paz y Amor”.

La esencia de la religión

Lo que forma, da contenido y consistencia a una religión son sus fundamentos morales y espirituales, el primero de los cuales es la Revelación que le da origen: la de la existencia de Dios. Sin Dios, obviamente, no hay religión. ÉL es el Primer Principio, del que derivan los demás. Y es a Él hacia donde conduce el cumplimiento de estos principios, ya que son de la misma esencia.

El principio, como su nombre indica, es lo que funda y fundamenta algo. En el ámbito espiritual, religioso, son valores atemporales, Eternos como la Fuente que los origina, expresiones de la naturaleza del Creador. La palabra “religión” significa reconexión, el objetivo de su acción con la humanidad: reconectarla a su origen, al Primer Principio.

Cuando Dios se presentó a Moisés en el Monte Sinaí y le entregó las Tablas de la Ley -los Diez Mandamientos-, condensó allí los principios que iban a constituir la base de la religión judía. Pero lo que allí está se destina no sólo a los judíos, sino a todos los seres humanos, en todo tiempo y lugar. ¿Y qué son los Diez Mandamientos?

Un código de conducta moral, o ética, palabras sinónimas: una derivada del griego (ética), la otra del latín (moral), ambas expresiones de la Verdad/Realidad, es decir, expresiones del propio Dios. La moral (ética) no es un código de buenas costumbres, sino un compromiso con lo Sagrado. Un principio sin el cual no se puede llegar a Dios. Y la moral es atemporal: no está sujeta a modas. Lo Eterno no está sujeto a lo moderno, ni lo tiene en cuenta.

Jesús, siglos después de Moisés, cuando le preguntaron si había venido a revocar la ley judía, dijo que, por el contrario, había venido a cumplirla. Y resumió los Diez Mandamientos -los Principios de los que los judíos eran guardianes- en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a sí mismo. Él no cambió, revocó o “actualizó” nada (ya que lo Eterno está siempre presente).

Sólo proporcionó una forma más sencilla de entender la Ley Divina, y añadió un principio -el amor al prójimo- que pasó a formar parte de lo que más tarde se llamó cristianismo, la Nueva Alianza (o Nuevo Testamento) de Dios con la humanidad.

Esas denominaciones -judaísmo, cristianismo, espiritismo, entre otras- que pretenden clasificar o departamentalizar el flujo de la Historia Sagrada, obviamente no son establecidas por la Divinidad, cuya acción continua prescinde de rótulos y subdivisiones. Pero el ser humano, con sus limitaciones, recurre a ellos (los rótulos) en busca de una mejor comprensión de los momentos más destacados del proceso de evolución espiritual de la humanidad.

La misión de la UDV

La União do Vegetal está en la secuencia y continuidad de la acción divina en la Tierra. El Mestre Gabriel, al organizarla, en los años 60 del siglo pasado, en Porto Velho, hizo constar en sus documentos que “el discípulo debe amar al prójimo como a sí mismo para ser merecedor de recibir el Símbolo de la Unión: Luz, Paz y Amor”. Y aclaró que este Símbolo es el de la Paz y la Fraternidad Universales”, expresiones del propio Creador.

Al hacerlo, reveló la conexión de la UDV con las palabras de Jesús, cuando resumió los Mandamientos de Moisés – y, por extensión, con los propios Mandamientos, Principios que fundaron la religión judía.

Y el énfasis del Mestre en este Mandamiento (el amor al prójimo) añadió una nueva Revelación: la recompensa que llega a los que lo cumplen, de recibir el Símbolo de la Unión -es decir, Dios- en el corazón.

Cuando decimos que la União do Vegetal es una religión basada en el cristianismo reencarnacionista, ya está implícito el vínculo con el judaísmo, al que siguió el cristianismo. En una analogía con el lenguaje bíblico, la UDV configura una Alianza más de Dios con la humanidad -el Novísimo Testamento- que abarca y trasciende las revelaciones anteriores. La Revelación de la UDV -presentada por el Mestre Gabriel como la Realeza Divina- trae el Principio de la reencarnación de los espíritus, su venida sucesiva a la Tierra en busca de evolución y purificación.

Además de este Principio, que las religiones orientales, en términos diferenciados, ya profesaban -y el espiritualismo kardecista, en el siglo XIX, propagaba-, algunas enseñanzas de la UDV revelan aspectos de la realidad espiritual desconocidos por la humanidad hasta entonces. Por eso se incluye en la calificación de Religión Revelada.

El desarrollo de las virtudes

El Mestre Gabriel estableció como objetivo de la acción religiosa de la UDV no sólo la mejora moral del ser humano -premisa evolutiva básica- sino también su desarrollo intelectual y espiritual. Y enseñó que ” sólo a través del orden y de la doctrina recta, que recibiremos eternamente dentro de la Unión del Vegetal, es como llegaremos a la Cientificação”, es decir, el conocimiento pleno de la realidad, objetivo de las sucesivas venidas del espíritu a la Tierra.

El orden -moral, social y espiritual- tiene como postulado básico la constitución de la familia, tal como fue concebida por Dios desde el principio (es decir, desde Adán y Eva): hombre, mujer e hijos. Sin familia, no hay orden – y sin orden y doctrina reta no hay evolución espiritual.

También enseña que espiritualmente no hay protección; la seguridad depende de cada uno. Es por el amor a la práctica fiel del Bien y por la constancia en los deberes que estamos libres de todos los peligros. Corresponde a la UDV, en consonancia y coherencia con su Sagrada Doctrina, la misión de velar por la integridad de este legado y por la conducta moral de sus seguidores. De ahí el sentido prioritario de conocer, transmitir y poner en práctica esta preciosa colección de Principios Espirituales, que no puede confundirse con los criterios de organización institucional.

El orden administrativo puede cambiar como consecuencia de la expansión institucional, que acaba imponiendo la aparición de nuevos cargos y funciones o nuevas dinámicas de gestión. Pero los Principios Espirituales son inmutables, eternos. No están sujetos a modas, influencias culturales o cualquier fluctuación de la situación política, económica o social.

Los 13 Principios Originales de la União do Vegetal

  1. La União do Vegetal (UDV) es una religión de base cristiana reencarnacionista que afirma la existencia del Espíritu y trabaja por la evolución del ser humano en el sentido de perfeccionar sus virtudes morales, intelectuales y espirituales, que son expresiones del amor y de la fraternidad humana.
  2. El Té Hoasca, el Sacramento de la UDV, se utiliza en sus rituales religiosos para efecto de concentración mental. Es la unión de dos plantas de la Floresta Amazónica, el Mariri y la Chacrona, comprobadamente inofensivas para la salud.
  3. La UDV tiene como Símbolo de la Paz y la Fraternidad Humana Luz, Paz y Amor. “El discípulo debe amar al prójimo como a sí mismo para ser merecedor de recibir el Símbolo de la Unión”.
  4. El Centro tiene su principal referencia en el Mestre Gabriel, Mestre de la União do Vegetal, que siempre mostró compromiso con la verdad, con la palabra asumida y con la coherencia entre lo que enseñaba y practicaba. Por amor a la humanidad, creó la UDV con el pensamiento de construir una Paz en el mundo.
  5. La UDV está compuesta por Mestres, Consejeros y discípulos. La formación de los discípulos se desarrolla a través de la práctica de las enseñanzas, y no sigue necesariamente un modelo de educación formal. A los miembros de la Dirección se les exige una conducta moral, profesional y familiar ejemplar.
  6. El Trabajo, la Familia y la Religión son los tres pilares que sostienen la evolución humana. Cuando se armonizan, aportan equilibrio y condiciones favorables para el crecimiento espiritual.
  7. Siguiendo el ejemplo de su Guía Espiritual, el Centro mantiene como principio básico la práctica del voluntariado de sus dirigentes, sin remuneración por los servicios prestados.
  8. La UDV reconoce el origen divino de la familia, obra del Creador en la Tierra, iniciada por la pareja primordial, Adán y Eva. El hombre y la mujer se complementan y son la base de la familia y los principales responsables de la educación de los hijos.
  9. El Centro y sus miembros asociados defienden el uso responsable y estrictamente ritual del Té Hoasca. No lo comercializan ni obtienen ningún beneficio económico.
  10. La União do Vegetal practica y enseña el amor a Dios por encima de todo, extensivo a sus semejantes, respetando al ser humano tanto en su presencia como en su ausencia, pues es semejante a Dios. La UDV no tiene prejuicios ni discriminaciones, y considera que todo ser humano puede superar las dificultades que se le presentan en su camino.
  11. Cosechamos lo que sembramos, así es la Justicia Divina. En la UDV la Justicia se expresa en las leyes recogidas en los Estatutos del Centro, y todos, según la gravedad de la falta e independientemente del grado jerárquico, están sometidos a ellas.
  12. La Beneficencia se practica y se enseña desde el origen de la UDV, siendo una expresión de amor fraternal y de reconocimiento de todos los seres humanos como hermanos, hijos de un mismo Padre. Además de la asistencia espiritual, la UDV desarrolla acciones beneficentes en las áreas de educación, salud, cultura y asistencia en las regiones donde está establecida.
  13. La UDV reconoce a la Naturaleza como una dádiva del Creador al servicio de la humanidad. Por ello, trabaja por la preservación de los bosques y otros recursos naturales, y cultiva las plantas sagradas utilizadas en la preparación del Té Hoasca.
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