10 de febrero – Día de Luz

Edson Lodi Campos Soares*

|10 febrero 2018

Creado en el sertón con gran simplicidad, donde la música permeaba todo el ambiente, el niño José Gabriel da Costa jugaba sus alegrías de infancia, usando lo que la naturaleza le proporcionaba.

Hasta mismo un pedazo de madera o un terrón de barro era motivo de alegría entre los doce hermanos. José pedía que ellos intentaran acertarlo con la madera o con los terrones y se desvencijaba con agilidad y destreza. Ninguno de ellos conseguía acertarlo.

El viejo marañón que hasta hoy propaga nostalgia en el terreno del Núcleo Coração de Maria, abrigaba, en su sombra,  los niños y las niñas, hijos de Manuel Gabriel da Costa y Prima Feliciana, que allí jugaban en las noches frías y estrelladas del cielo de Bahía , por donde navegaban sus ojos de niño al encantarse con la luna nueva.

La agilidad del niño Gabriel no se restringía a los límites del cuerpo. Era conocido por los hermanos y personas más cercanas como “canción de fuego”, nombre de un pájaro de la región, por su capacidad de manifestarse en forma de canciones; de repente nuevos versos, renovadas canciones.

Sus padres, Manuel Gabriel da Costa y Prima Feliciana, eran católicos practicantes. Con ellos, José Gabriel aprendió las primeras nociones de las cosas del sagrado del Divino Maestro Jesús y de Nuestra Señora de la Concepción. Y aprendió a cantar los benditos en saludación a los santos Cosmos y Damián, Juan Bautista y, posiblemente, otros.

En el amplio patio de la Hacienda Pedra Nova, en los momentos de ocio, entonaba también los sambas de rueda, los cantos de trabajo. Así, aprendió a afinarse con la vida honesta que sus padres tocaban y enseñaban por querer bien la familia y los vastos campos de Dios.

Creció el niño José Gabriel da Costa y se encontró con otras canciones que emanaron de su corazón misionero.

A lo largo del tiempo, se convirtió en Mestre Gabriel, recreó la Unión del Vegetal y aún hoy – en el plano espiritual y por intermedio de sus mensajeros- viene enseñando a los hombres a componer una canción de fraternidad y justicia.

 Enseñándolos a despertaren en sí las alegrías de la infancia, a reencontrarse consigo mismo, a buscaren el reino del cielo, donde, para penetrarse es preciso tener los sentimientos limpios, cuáles los de un niño. Al consagrar el 10 de febrero, fecha de su nacimiento, estamos reconociendo el valor de esa Guía Espiritual ya él debemos un pensamiento de gratitud por su presencia en la vida de los que oyen su canción y procuran afinarse con las claras notas de la espiritualidad, con su camino; el camino del Mestre.

Arte que ilustra o texto: reprodução de pintura em aquarela do artista Rafael Pita (Núcleo Reis Magos, Ilhéus-BA). Conheça mais desse artista em rafaelpitaarte.wixsite.com/arte

*Edson Lodi Campos Soares é membro do Conselho de Administração Geral (Conage) do Centro Espírita Beneficente União do Vegetal. O texto acima foi publicado originalmente na agenda comemorativa dos 50 anos da União do Vegetal (2011), produzida pelo Núcleo Canário Verde (Brasília-DF).

Veja também:

“José, um Homem e uma História para contar”, vídeo de animação em cordel que traz os principais acontecimentos da vida do Mestre Gabriel:

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